¿Cómo serán los profesionales de la minería en la próxima década?

Se sabe que la industria necesitará poco más de 34 mil especialistas de todas las áreas para enfrentar los actuales y próximos desafíos. ¿Qué perfiles requerirán las empresas del rubro?

No cabe duda que la industria minera transita por grandes cambios a raíz de fenómenos que surgen ya sea por los avances de la tecnología, culturales, impactos sociales y, principalmente, medioambientales. El cambio climático y sus efectos empujan a todas las industrias (no solo a la minería) a mejorar sus procesos, hacerlos más eficientes, amigables con el medioambiente y en sintonía con las comunidades que habitan las zonas en donde están instaladas las faenas.

Respecto de todo lo anterior, y para hacer frente a dichos retos, las empresas y profesionales de la minería deben avanzar continuamente, no solo en tecnologías, sino también en el foco del perfil del capital humano que compone este sistema.

Ya la industria trabaja en estos requerimientos, y en la demanda de especialidades. Desde la Alianza del Consejo de Competencias Mineras, (CCM), y Eleva, cuentan con un diagnóstico. Vladimir Glasinovic, director del programa, explica que en la novena versión del Estudio de Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena, elaborado por la Alianza CCM-Eleva, evidenció que al año 2032 se necesitarán más de 34 mil nuevos talentos, aumentando en más de un tercio respecto a los 25 mil identificados hace dos años en el estudio anterior, “tanto por aquellos trabajadores que están prontos a retirarse, como también por los proyectos que entrarán en operación en regiones clave para la minería”, sostiene.

“Esta demanda de más de 34 mil nuevos talentos para la próxima década, refleja un crecimiento del 36% respecto a lo estimado en el estudio anterior, lo cual es una excelente noticia que da cuenta de una industria minera que crece de manera robusta, generando empleos y desarrollo local”, agrega Glasinovic.

Según describe el director, de esta demanda acumulada, los perfiles laborales que más trabajadores requerirán en los próximos años serán los de:

– Mantenedor/a mecánico (10.340 cupos)

– Operador/a de equipos móviles (5.791 cupos)

– Operador/a de equipos fijos (4.905 cupos)

– Supervisor/a de mantenimiento (2.546 cupos)

– Profesional de mantenimiento (2.545 cupos)

– Supervisor/a de extracción (2.117 cupos)

– Mantenedor/a eléctrico (18.53 cupos), entre otros.

Otros atributos

Pero eso no es todo, además de las competencias técnicas, existen también otros atributos y características que deben contar las y los profesionales del sector minero, orientados, por ejemplo, al concepto de responsabilidad social.

Para Fred Camus Yeomans, académico de Facultad de Ingeniería, Universidad Central, sede Coquimbo, el profesional de la minería debe ser integral, con conocimientos técnicos sólidos y un compromiso profundo con la sostenibilidad y la responsabilidad social. “Debe poseer habilidades para liderar y trabajar en equipos multidisciplinarios y multigeneracionales, fomentando un ambiente de colaboración y respeto. Es esencial la adaptabilidad a las nuevas tecnologías y tendencias globales, manteniendo una visión innovadora que contribuya al desarrollo sostenible de la industria”, enfatiza.

En tanto, su colega, el Dr. Julio Valenzuela Elgueta, director del programa de Doctorado en Minería de la Universidad Católica del Norte, enfatiza en el manejo de data, la capacidad de análisis y la detección oportuna de singularidades en el proceso, “es así como la minería de datos, el uso de herramientas de inteligencia artificial, la automatización, entre otras disciplinas, se hacen muy relevantes a la hora de la formación de los futuros profesionales de la industria”, sostiene.

Habilidades blandas y ética

Si bien las competencias técnicas son fundamentales, no son suficientes por sí solas. Camus sostiene que las habilidades como las Powers skills “o mal llamadas habilidades blandas” (referido al concepto anglosajón llevado al español), “como la comunicación efectiva, la resolución de conflictos, y la capacidad para trabajar en equipos diversificados, son igualmente importantes. La empatía hacia las preocupaciones ambientales y sociales, junto con una sólida ética de trabajo y responsabilidad social, son indispensables para el profesional moderno de la minería, reflejando un enfoque holístico necesario para el éxito en este sector en transformación”, enfatiza.

La irrupción de la inteligencia artificial (IA)

Respecto de la llamada IA, Camus, indica que el profesional deberá estar equipado con competencias en adaptación tecnológica, familiarizado con la automatización, robótica, inteligencia artificial y análisis de big data. Para el académico, “la innovación y la capacidad para encontrar soluciones sostenibles y eficientes a través de la tecnología son claves. Deben mantenerse siempre abiertos al aprendizaje continuo para mantenerse al día con los avances tecnológicos y aplicarlos de manera efectiva en sus proyectos”.

Foco en la sustentabilidad

Se ha dicho reiteradamente, y los hechos lo confirman, la minería debe ser sustentable y amigable con el medioambiente. En ese sentido, el perfil de los trabajadores debe contener este requisito. Se espera que el nuevo profesional de la minería promueva y aplique prácticas que minimicen el impacto ambiental y maximicen los beneficios para las comunidades y la sociedad en general. “Esto incluye innovar en técnicas de extracción y procesamiento más eficientes y menos perjudiciales, comprometiéndose con la transparencia y la ética en todas las operaciones. Su rol es crucial en liderar el cambio hacia prácticas más responsables y sostenibles”, añade el académico Fred Camus.

El papel de las universidades

Otro factor en esta ecuación dice relación con el papel que les toca a los establecimientos académicos que forman a los profesionales de la minería. Según Julio Valenzuela, de la Universidad Católica del Norte (UCN), actualmente, las universidades se han enfocado en incrementar la oferta académica, ya sea con la apertura de más plazas en las carreras tradicionales asociadas a la minería, como también con la apertura de nuevas carreras afines con la industria. “En el caso de UCN, en el último tiempo se abrieron carreras como ingeniería civil en electrónica e ingeniería civil en energías renovables, las cuales apuntan a dar respuesta a nuevos requerimientos de la minería y la sociedad en general”, explica.

Valenzuela agrega que, en el caso de la UCN, esta ha incrementado en forma sostenida su oferta de postgrados asociados a la industria, en particular, “con el Programa de Doctorado en Minería se busca dar respuesta a los nuevos desafíos de la industria tales como la baja en las leyes, recursos hídricos, energía y la sostenibilidad de la industria en general”.

Por su parte Camus, sostiene que, para satisfacer la demanda futura de especialistas, es fundamental que las universidades evolucionen sus programas educativos. “Deben incorporar un currículo que abarque desde habilidades técnicas de vanguardia hasta la gestión ambiental y las competencias interpersonales, todo ello dentro de un marco multidisciplinario”.

También cree que es esencial “fomentar la colaboración estrecha con el sector minero para integrar experiencias prácticas, pasantías y programas de capacitación que reflejen los retos contemporáneos y venideros de la industria”.

Empresa – trabajadores: relación humana

Dentro del ecosistema de la relación empresa – trabadores, estos últimos están centrados en la constante actualización que ellos mismos deben realizar, a veces de la mano de la compañía y otras por sí solos.

Los sindicatos están conscientes de lo que está por delante. Y es en ese sentido que, Roxana Velásquez Aravena, superintendenta de Aprendizaje y Desarrollo de la Gerencia de Personas y Organización de minera Centinela —que se relaciona directamente con el sindicato, en este caso de Centinela—, asegura que cada día el ecosistema les desafía a tener una mirada más amplia y sustentable del rol e impacto como líderes.

Explica que hoy no solo basta con tener una carrera profesional, perfeccionamientos y experiencias, si no que “debemos buscar perfiles integrales que tengan competencias de liderazgo inclusivo para trabajar y desarrollar equipos balanceados que puedan tener conciliación con su vida laborar, familiar y personal”.

También añade la importancia de que los profesionales puedan trabajar en entornos respetuosos donde todas las opiniones diversas sean tomadas en consideración y contribuyan al logro de los objetivos, y que existan igualdad de condiciones para que cada persona pueda desempeñarse y desplegar su máximo potencial al interior de la compañía, “pues, el transitar desde lo técnico a lo adaptativo debe ser de manera más acelerada”, indica.

Otro factor a considerar es que la relación empresa – trabajadores no pierda la unión.

En su experiencia, Roxana Velásquez cree que cada vez “estamos trabajando más unidos, con espacios definidos que nos permiten no solo revisar, plantear y mejorar los actuales programas y los que vienen de manera muy colaborativa, sino que también buscamos en muchas ocasiones la co-construcción y corregir lo que no estamos haciendo tan bien”.

Sostiene que potenciar el desarrollo interno de “nuestra gente es parte de los ejes de trabajo y para ello la única forma es hacerlo y construirlo entre todos y todas”, finaliza.

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