Macarena Montenegro es Ingeniero Senior Experta, más conocida en faena como “Ms Estator”. De profesión química, con un doctorado en física obtenido en Suiza. Cuenta con un extraordinario recorrido profesional que la llevó a trabajar en empresas multinacionales como Alstom y ABB en Suiza.
Luego de poco más de 20 años de vivir en Suiza, llegó de vuelta a Chile en marzo del 2018, a trabajar a Minera Centinela, y esta es su historia.
¿Cómo fue tu experiencia en la empresa Alstom?
Después que terminé el doctorado en Suiza entré a trabajar a Alstom en el Centro de Aislación de Máquinas Eléctricas, en donde se analizaban todo tipo de motores, como los GMD, turbo e hidro generadores y motores de trenes, como los que tiene el Metro de Santiago, que son de Bombardier-Alstom.
¿Cómo fue tu recorrido desde Chile a Suiza?
Después que terminé de estudiar en Chile la licenciatura en química, hice la práctica profesional en Alemania y después me fui a Suiza a hacer un doctorado en un instituto del gobierno suizo de energías renovables y me quedé en ese país trabajando primero para Alstom en el Centro de Competencia de Aislación de Máquinas Eléctricas y después en ABB.
¿En qué se especializa el Centro?
Es un centro de desarrollo e investigación, en el que se estudian y validan, por ejemplo, nuevos materiales que tengan mejores propiedades tanto mecánicas como eléctricas para máquinas eléctricas. Como yo contaba con la especialización de química y también la de materiales, entré al centro principalmente para diagnosticar y desarrollar materiales que pudieran servir para las nuevas exigencias en los diseños de máquinas eléctricas bajo distintas condiciones.
¿De qué nivel eran las investigaciones?
Había investigaciones técnicas, de análisis de causa raíz por fallas de motores que terminan en juicios y validaciones de nuevos materiales para nuevos diseños. Recuerdo un caso en el que tuvimos que hacer unas pruebas en una universidad alemana que tenía una cámara de frío. Consistía en investigar las condiciones y propiedades eléctricas y mecánicas de un material para trenes que iban a funcionar en Siberia, en condiciones de -40 °C. Por lo tanto, eso significaba que las propiedades de los materiales eran completamente distintas desde el punto de vista mecánico. Ingresábamos a la cámara del laboratorio, parecíamos pingüinos con tanta ropa, donde la temperatura llegaba a los -20 °C y hacíamos las pruebas. Ahí se simulaban las mejores condiciones acercándose a la realidad para certificar que un material podía cumplir o no una condición de diseño.
¿Entiendo que después se fue a la empresa ABB?
Después de Alstom fui contactada por ABB Suiza para formar parte del equipo de diseño del bobinado de los motores GMD, que son los motores que tiene minera Centinela para mover los molinos. ABB decidió montar su propia fábrica en Suiza y participé en el diseño y fabricación de varios motores que están instalados en Chile y Perú.
¿Cuánto tiempo estuvo en ABB Suiza?
Desde el 2010 al 2018. Diseñamos varios motores y uno de nuestros primeros fueron para las faenas de Ministro Hales, Sierra Gorda y Quebrada Blanca, este último es uno de los diseños más desafiantes por la altura en la que se encuentra.
¿Cómo llegó a trabajar en Centinela?
La primera vez que estuve en Centinela fue el 2013, estábamos instalando Sierra Gorda y tuvimos una falla con las máquinas soldadoras del bobinado, como conocía gente aquí vine a pedir prestada una máquina y en esa oportunidad me mostraron la planta. Esa vez dije que si alguna vez volvía a chile iba a ser para trabajar en esta minera y esa opción se dio 4 años después.
Cuando se cerró la fábrica en Suiza, pasé a formar parte del área de servicios. Como soy chilena y hablo español, además de ser a fin a la cultura, me dejaron a cargo de los contratos y servicios de mantención que existían en Chile en las faenas que eran más desafiantes desde el punto de vista técnico. Partí con Collahuasi, Minera Escondida y después en Centinela. Estaba en Minera Centinela, como life cycle manager enviada por ABB, cuando ocurrió la falla catastrófica en el SAG en el 2016. Nosotros veníamos con gente para realizar una reparación al bobinado, finalmente la dotación se tuvo que aumentar al doble para poder sacar la falla y después se definió un plan de contingencia hasta encontrar una solución final al problema.
En julio del 2017, después de una mantención me llaman de minera Centinela para ofrecerme venir a la compañía a cargo del proyecto de reparación. Así es como llegué a minera Centinela.
¿Por qué decidió quedarse en Chile y no en Europa?
¿Por qué no me quedé? Hay dos aspectos: llevaba 20 años fuera y creo que los ciclos se van cerrando de una forma u otra. Somos dos hermanos y uno vive en Estados Unidos y es trasplantado de riñón; por otro lado, mis papás son octogenarios y en caso de cualquier cosa yo soy la persona que tenía que venir ante cualquier imprevisto. Esto fue un punto importante para mí desde lo personal; aunque la decisión no fue para nada fácil ya que mi única hija no se vino a Chile conmigo. Así que estoy “pinponeando” entre mis papas aquí y mi hija allá. El segundo aspecto es profesional, porque fue un desafío enorme venir a ejecutar un proyecto que era la primera vez que se hacía en el mundo. Además, tiene que ver con terminar de completar las distintas aristas profesionales.
¿Cómo es eso?
Yo diseñé la solución en Suiza que se aplicó en el motor de Centinela, pero yo sólo conocía la visión de manejar un proyecto desde el lado del proveedor y no desde el lado del cliente, que es mucho más amplio, como por ejemplo, entender la organización, logística, acreditación, reunir empresas contratistas, la seguridad. El proveedor no ve la pérdida que significa para el cliente tener un equipo como el SAG detenido un día. Esta visión ayuda a completar la otra mitad del círculo a la que me refería. De esta forma, cuando nosotros negociamos con el proveedor tengo mejores herramientas para explicarle por qué tenemos que optimizar los tiempos. En ese sentido era un desafío enorme para mí poder cerrar este ciclo y tener las dos visiones para cualquier proyecto que sea de una magnitud económica y un desafío importante. Pero también significaba regresar a Chile y devolver la mano con respecto a lo que uno recibió en educación.
¿Transmitir una forma de trabajo, por ejemplo?
Exactamente poder transmitir una forma de trabajo, las buenas prácticas que se pueden aplicar para trabajar mejor y de manera más eficiente, pero también mi experiencia personal de haber vivido afuera y lo que conlleva.
Personalmente, el proyecto estator es el ejemplo aplicado de esta forma de trabajar. Un equipo de alto rendimiento con 3 personas enfocadas cada una en su rol, trabajando a la par para obtener un resultado de excelencia.
¿Otra mirada para organizarse?
Definitivamente los tiempos, la exigencia y la eficiencia son distintos. Por ejemplo, los suizos planifican con casi 6 meses de anticipación los equipos que vienen a faena y lo que se va a hacer; las EECCs que trabajan con ellos ya se acostumbraron a las reuniones de coordinación con tanta anticipación. Al principio costó este cambio en la planificación previa, para que cuando llegue la fecha esté todo listo y no andar corriendo a última hora. Después de la etapa de ajuste las EECCs se dieron cuenta de que sí valía la pena trabajar así más tranquilos finalmente.
INVESTIGACIÓN E INNOVACIÓN EN CHILE
Luego de estar en empresas donde se realiza investigación, ¿cómo ve el panorama en Chile?
Lamentablemente Chile aún no tiene dentro de sus prioridades la investigación enfocada a la industria. Las empresas miran a muy corto plazo, y para cambios como, por ejemplo, en el sector energético los planes no se pueden mirar a 5 años, sino que a 10 o 20 años. En ese sentido, siento que Chile es un poco impaciente, que quiere recuperar la inversión rápidamente y lamentablemente en investigación no se puede. En Europa hacen investigación dependiendo de la línea con proyectos de hasta 10 o 20 años por ejemplo.
¿Cuál puede ser la fórmula, si es que existe una?
Sinergia creo que esa es la fórmula. Un ejemplo que me llamó la atención es el proyecto DESERTEC, producir energía renovable en el desierto del Sahara e integrarla al sistema de red europea. Este proyecto involucra a distintos países entre sí, con distintos tipos de gobierno, a distintas compañías que son competidoras en el mercado y aun así son capaces de unirse por un bien común a 20 años, por ejemplo. Plasmar una carretera de trabajo que finalmente beneficia a todos los países que son parte de un acuerdo. Eso es lo que creo que falta en Chile. Tener una visión con mayor sinergia y más a largo plazo en temas importantes.
UN PREMIO NOBEL EN LA EVALUACIÓN
¿Cómo fue eso de que un premio Nobel la evaluó?
Cuando llegué con mi título chileno daba clases como estudiante de doctorado en la ETH, y al no existir convenio con Chile esa universidad no aceptó mi título, esa fue la primera barrera a la que me enfrenté además del idioma. Aún recuerdo mi autoconsuelo en ese momento: “si Einstein suspendió su examen de acceso a la ETH mi caso era insignificante”.
Terminé titulándome en el Departamento de Física de la Universidad de Zúrich, ahí el examen de grado es con comisión abierta. Mientras esperaba que empezara varios de los profesores eran muy respetuosos en saludar a un profesor bastante mayor que yo no conocía. Al terminar el examen me acerco a mi tutor a preguntarle ¿quién es el profesor? Para mi megasorpresa este profesor estaba especializado en el material que yo ocupé y tuve uno de los honores más grande que me ha tocado en la vida, que es tener un premio Nobel en la comisión de examinación, y yo no lo sabía. Ahora que lo pienso quizás debería haberle pedido un autógrafo.
PERSEVERAR
¿Cuál es la clave para conseguir los objetivos profesionales?
Lo que le digo a la gente, es que independientemente de la cultura, de los países y de las distintas filosofías de trabajo, la clave para ser un profesional de éxito no es la inteligencia necesariamente, es la perseverancia. Es no tirar la toalla ante la primera dificultad y buscar alternativas para alcanzar los objetivos.
Lo otro que me gustó muchísimo de los países desarrollados es que a veces estudias una carrera que no está ciento por ciento relacionada con un área, pero uno al tener cierto conocimiento igual se puede ir desarrollando en ese ámbito. Como en mi caso, estudié química y tengo un doctorado en física y trabajo en la minería.
¿Se trata de ampliar la mirada?
Exactamente es ampliar un poco más el conocimiento o la descripción de cargo, yo creo que eso le falta a Chile. Flexibilizar, por ejemplo, a veces la gente piensa que por no ser ingeniero en minas no podrá trabajar en una minera y eso no es así. Creo que eso es, lamentablemente algo histórico, sin embargo es una responsabilidad de las empresas poder cambiar esa visión y llegar a ser multiprofesional, porque finalmente el éxito de un equipo de alto rendimiento está en la diversidad, en la multipluralidad de culturas, de formación técnica y de manera de pensar. Resumiendo no tengan miedo de ir a estudiar afuera, porque tendrán herramientas potentísimas cuando regresen. Hay que atreverse.