Aisén Etcheverry, ministra del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
La autoridad conversó con Amagazine, oportunidad en la que explicó el papel que tendrá el ministerio en la Estrategia Nacional del Litio, respecto de la investigación y producción de valor agregado en torno al mineral blanco.
Ministra, ¿Cuál será la misión del Instituto de Ciencia y Tecnología del Litio y Salares, qué rol tendrá el Ministerio de Ciencia en particular?, porque se puede pensar que como país deberíamos, además de extraer, generar valor agregado al litio.
Absolutamente, de hecho, es una de las gracias que tiene la Estrategia Nacional del Litio, y es que es primera vez que en una política de desarrollo productivo incorporamos el componente de investigación puro y duro, y eso tiene muchas implicancias, que creemos son muy buenas para el futuro.
Estamos en el proceso de diseño y de estructuración de este Instituto Tecnológico de Investigación en Litio y Salares, y la forma como lo estamos abordando es a través de una coordinación entre los destinitos ministerios que hoy son parte de la Estrategia Nacional de Litio: el Ministerio de Minería, Ministerio de Medio Ambiente, nuestro Ministerio y el de Economía; también incorporamos a los representantes de los Gobiernos Regionales, porque esto tiene una manifestación territorial que es muy importante.
Respecto del aporte que hace el Ministerio de Ciencias es muy relevante porque lo hace desde dos ámbitos: el primero es a través del conocimiento y la articulación de los Institutos Tecnológicos y de Investigación públicos, que le corresponde por ley al Ministerio de Ciencias. Nosotros presidimos un comité donde están los IT, ayudamos a la coordinación y fortalecimiento desde la ciencia. Por lo tanto, hay un conocimiento adquirido de cómo funciona.
El segundo es que el Ministerio de Ciencia, en particular, a través de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo tiene a la vista todas las capacidades de investigación nacional que hay en distintas materias. Por lo tanto, podemos identificar las universidades o grupos que son relevantes para los temas que va a abordar el litio; podemos generar concursos específicos que desarrollen conocimiento que aporten para el Instituto Tecnológico del Litio.
También podemos identificar los vacíos que no están cubiertos hoy y a partir de ahí generar las capacidades para que haya investigadores. Entonces, estas dos capacidades que tiene el ministerio se combinan y se ponen a disposición de este Instituto en su diseño. Es una experiencia bien interesante porque es primera vez que creamos un instituto con esta lógica.
¿Va a haber una articulación y cooperación en materia de investigación con el sector privado que conoce de litio, por ejemplo?
Con el sector privado hay una conversación que se tiene que producir entre el Instituto y las universidades. Hemos mirado con mucha atención cómo debiera ser la relación del Instituto con las empresas, porque el Instituto no solo se va a encargar de generar conocimiento y tecnología para la extracción del litio, sino que además pretende hacer investigación en temas como biodiversidad, comprender los microrganismos, la flora y la fauna que viven en los salares; aprender respecto de las comunidades y su experiencia en torno a los salares. Es decir, hay una serie de otros factores que no tienen que ver solo con el ámbito de la extracción, que es el que realizan las empresas.
LA RELEVANCIA DE LA INVESTIGACIÓN
¿Por qué es importante la investigación en litio?
Porque nuestra naturaleza y comunidades son únicas, por lo tanto, los estudios que se hacen en otros países, por ejemplo, Australia, no necesariamente se pueden aplicar en Chile, porque las condiciones ambientales son distintas, porque el desierto es diferente, porque nuestra historia y cultura son distintas, entonces hay características que son propias del territorio y solo se pueden estudiar en ese lugar.
Lo segundo, porque la investigación que se hace en terrenos como el desierto, y por las características geográficas, tienen un potencial hacia afuera que es gigantesco y es de relevancia global.
Lo tercero, porque hay que hacer tecnología y tiene que ver con bienestar y desarrollo. Con esto se puede generar valor agregado, y puedo dar ejemplos. Lo mencionó el Presidente Gabriel Boric en la Cuenta Pública a propósito de la tecnología hecha en Chile (llevada al CERN, donde está el Acelerador de Partículas, en Ginebra). Son ejemplos con impacto global.
Ahora, por qué es importante respecto del litio, porque ya tuvimos la experiencia con el cobre. Cuando estamos frente a un mineral que es tan importante para la descarbonización y que además se asocia a la producción de energías renovables —en la que somos pioneros—, cómo no nos vamos a dar la oportunidad de participar en esa cadena de valor y generar más riqueza para Chile, asociado al desarrollo de tecnología, sabiendo que tenemos equipos, empresas y personas que pueden hacer tecnología de alta calidad.
Y para que ello ocurra hay que tener capital humano, la inversión que es parte del aporte público y es parte del interés de este Instituto Tecnológico; hay que tener ganas y voluntad política, que es lo que estamos transmitiendo a través de la Estrategia Nacional de Litio. Entonces, están todos los ingredientes: estamos uniendo todas estas fuerzas y sabemos que en Chile hay capacidad y que se puede desarrollar esta industria si es que tenemos los incentivos correctos.
PUESTA EN MARCHA PARA LA INVESTIGACIÓN
¿Cuál es el calendario con los hitos para dar cuerpo a los planes de investigación?
Tenemos algunos hitos ya identificados: alrededor de octubre o noviembre vamos hacer los primeros llamados para proyectos de investigación enfocados a salares; a diciembre ya debiésemos tener el diseño definitivo del Instituto Tecnológico en Litio y Salares en conjunto con los demás ministerios que son parte, pensando en que su puesta en marcha sea en 2024. Los institutos crecen progresivamente, no es de un día para otro, y hoy estamos en el proceso de definición de cuáles serán sus primeras prioridades de manera de tener el financiamiento suficiente.
