“Estamos hablando de las últimas cifras del orden de los U$3.200 millones de intercambio bilateral”

Conversamos con Juan Pablo Glasinovic, gerente general de Camarachp, quien detalló a Grupo Periodístico Industrial el trabajo que están haciendo en materia de fortalecimiento de las relaciones comerciales entre Chile y Perú y los desafíos que enfrenta la minería de ambos países.

Link a entrevista en canal YouTube de AMagazine.

– ¿Cómo ha sido la evolución de las relaciones comerciales entre Perú y Chile en los últimos años?

Es una relación muy activa. Perú como destino de las exportaciones chilenas ha estado dentro los últimos años entre los diez socios principales; y en el caso de las importaciones también es un actor relevante, que, si bien tradicionalmente no está dentro de los diez, ha ido creciendo. Y en el comercio global también, tanto en nuestras exportaciones como importaciones, la tendencia ha sido al alza.

Como sabemos, en 2020 a nivel global y bilateral hubo una contracción. En 2021 tuvo un crecimiento muy importante, incluso superando los niveles de prepandemia. Así que estamos hablando de las últimas cifras del orden de los U$3.200 millones de intercambio bilateral.

En esta oportunidad ha estado equilibrada la balanza comercial en casi cero, tanto las importaciones como las exportaciones alcanzan casi las mismas cifras durante el año 2021.

– ¿Cómo es la relación entre los proveedores de Perú y Chile en materia minera (siendo ambos países actores relevantes en la minería)?

Si juntamos a Perú y Chile somos los números uno u ocupamos un lugar principal en varios minerales. Perú es muy potente y ya está avanzando al segundo lugar en cobre, y tiene un amplio desarrollo en la minería metálica y no metálica, incluyendo a varios minerales como el oro, plata, plomo, etc., respecto de los cuales está en los primeros lugares.

Como sabemos, Chile es el primer exportador y productor mundial de cobre, y por lo tanto, teniendo ambos países una muy activa y sólida comunidad minera, existen grandes oportunidades en todos los rubros relacionados, especialmente en los servicios de la minería.

De hecho, Perú es el segundo destinatario de las exportaciones de servicios a nivel mundial de Chile, detrás de Estados Unidos. Mucho tiene que ver con la minería, ingeniería de software, servicios profesionales, así que esta condición que tienen ambos países mineros genera muchísimas oportunidades para los proveedores, tanto chilenos como peruanos. Esto explica la participación importante de ambos países en las ferias mineras por parte de empresas peruanas y chilenas, que tienen un mercado que es contiguo, donde las reglas del juego son más o menos similares; en muchos casos los mandantes son los mismos. Por lo tanto, es un entorno previsible, muy conocido y que facilita los negocios, creo que eso aún tiene mucho por crecer.

REUNIONES Y FERIAS

– ¿Estarán presentes en Exponor 2022?

Claro, ha sido tradición desde muchos años que existan pabellones de Perú y Chile en las ferias de los respectivos países. En ellas asisten delegaciones importantes de todo tipo, mineras, proveedores. Es una veta de la relación que solo genera beneficios recíprocos, y que se van a seguir apoyando, porque es una fuente de negocios comprobada.

En este contexto también se participó en el Encuentro Nacional Exportador que organiza Pro Chile, que se realizó el año pasado para proveedores de la minería, en el que los principales compradores de servicios chilenos fueron por lejos de Perú, seguido de México.

Chile tiene un camino recorrido más largo, quizás en el ámbito de la Gran Minería, con todo lo que implica la participación de los colaboradores de este sector. Por lo mismo, esa experiencia otorga ciertas ventajas para poder acceder a otros mercados igual o más competitivos. 

– ¿En qué otro sector de la producción participa la Cámara Chileno-Peruana?

En el caso del intercambio bilateral el componente número uno es el minero en ambos sentidos de las exportaciones, como el cobre, hierro, petróleo. Eso ocupa más de la mitad del intercambio. Después se encuentran otros componentes, como la celulosa, alimentos, frutas, hortalizas frescas, plástico.

Tradicionalmente el intercambio ha estado concentrado en pocos productos, aunque, hemos podido percibir que ha habido un flujo creciente de otros sectores no tradicionales y también de Pymes. Particularmente la pandemia incentivó a muchas pequeñas empresas, que tradicionalmente operaban en el mercado doméstico —peruano o chileno— que vieron que, con todo este desarrollo de la economía digital y el comercio electrónico, podían aspirar a exportar.

Ocurre que tenemos el tema de los alimentos que se ha desarrollado mucho, los servicios informáticos, marketing. También otras cosas menores como temas industriales más básicos y suministros para integración de cadenas de valor. Por lo tanto, creo que hay una tendencia, incipiente aún, con un énfasis en los servicios, pero con un ingreso mayor de actores en el comercio bilateral.

También está el tema de los textiles. Por ejemplo, se ha visto que Perú ha tenido una industria importante, como el algodón pima. Entonces, se han producidos sinergias de diseños chilenos con producción peruana, pequeños distribuidores chilenos que buscan generar negocios paralelos que importan ropa de calidad peruana; también hay temas ligados a la joyería de pequeña escala, dado que Perú tiene muy buenas joyas de plata, oro y piedras semipreciosas. Ahí existe también un negocio de gente en Chile que tiene sus pequeñas joyerías que venden estos productos del Perú. Se ha ido ampliando el espectro de intercambio.

– ¿Cuál es la importancia de fortalecer una economía regional en el continente sudamericano?

Sin duda que los eventos como los problemas logísticos mundiales, y la actual guerra han tenido un impacto que nos hace ver que América Latina tienen una debilidad en cuanto a muy poco comercio interregional, si nos comparamos con otros bloques como el de Europa y Asía-Pacífico.

Nosotros tenemos una tasa de comercio muy baja y, asociado a eso, nuestra composición del comercio de exportaciones es más bien materias primas.

Entonces, con todo lo que ha pasado, creo que hay primero una señal de advertencia de que esto va a seguir con todas estas disrupciones, que me imagino también se debe dar en todos los países de la región con los problemas de las navieras, como por ejemplo que no se encuentra repuestos. Ha habido muchos problemas. Muchas de estas cosas tradicionalmente se han comprado en China y en destinos lejanos.

En función de las dificultades e interrupciones generadas, además de los mayores costos involucrados, puede ser viable comerciar más en el “barrio”. Por lo tanto, creo que falta explorar nuevos proveedores en el ámbito industrial; obviamente no vamos a comprar componentes tecnológicos en la región porque sabemos que no tenemos las capacidades, pero sí otros productos de menor valor agregado, por ejemplo, cañerías, bombas, productos que a lo mejor estábamos comprando en mercados más lejanos, y que por lo mismo propender a una integración industrial en cadenas de valor.

En esto estamos en deuda en la región, sobre todo porque tenemos las posibilidades de la Alianza del Pacífico donde podemos sumar origen, donde yo puedo exportar a Perú unas piezas o que Perú le exporte cuero a Chile y se hagan los zapatos en el país, que luego se pueden exportar dentro de la Alianza del Pacífico. Por lo tanto, tenemos que avanzar en esa dirección. Integrarnos en cadenas productivas, y en eso se ha hecho poco. No ha habido, quizás, los incentivos suficientes. Creo que, el contexto mundial, por las buenas o por las malas, nos hará ver esta dimensión y profundizarla.

– ¿Cómo están trabajando ambos países, desde el comercio y las buenas relaciones para abordar los desafíos transversales que implica el cambio climático?

Sin duda la lucha contra el cambio climático y todas las adaptaciones que ello requiere es de la máxima importancia, más aún para economías que estamos lejos de los centros de consumo y de producción, y sobre todo en el caso de Chile. Nuestro comercio tiene una huella de carbono alta, porque estamos más lejos, incluyendo todos los procesos productivos internos; entonces, es súper relevante y creo que en Chile se ha tomado conciencia, particularmente, considerando que la minería representa más de la mitad de las exportaciones. Tenemos que avanzar en una minería de menor impacto.

Para ello existen alternativas que se están viendo como el hidrógeno verde y toda la electrificación de los procesos. Es un desafío inmenso y en Perú también lo tienen presente. Si bien no hay una estrecha coordinación entre los países, sino más bien cada país tiene su propia legislación y su compromiso respecto del Acuerdo de París. Como digo, no es algo que se haya trabajado en particular entre Perú y Chile, probablemente se va a tener que ir haciendo en las comisiones y acuerdos. El asunto es que los estándares se vienen y las empresas tendrán que adaptarse para poder competir. Esto es sin duda un tema que llegó y que solo va a incrementarse, y las empresas tiene que adaptarse, sobre todo las productoras de bienes, las extractivas o de agricultura. Todo el tema productivo de bienes reales tiene un desafío súper grande.

LA CÁMARA EN 2022

– ¿Cuáles son los proyectos para este año de la Cámara Chileno – Peruana?

Como gremio estamos haciendo un esfuerzo especial para incentivar la sinergia entre los socios y también para difundir no solamente nuestras actividades, sino que también a nuestros socios.

El rol de los gremios es articular a sus integrantes, de manera que muchas veces puedan surgir negocios entre ellos, aprendizajes; la posibilidad de acceder a servicios confiables, si se buscan servicios legales o logísticos.

Nosotros queremos profundizar esta variable, que ha estado dos años un tanto congelada por este mundo virtual. Vamos a partir ahora con un lanzamiento de actividades presenciales y pretendemos mantener una regularidad en eso; reuniones sociales y formatos más pequeños de trabajo con grupos, de manera que los socios incrementen su interacción y puedan detectar oportunidades, desafíos y buscar asociatividad. Creo que, en términos muy generales, eso es lo que queremos profundizar a lo largo del año.

GENERAR MÁS COLABORACIÓN

– ¿Qué otras actividades realizan para potenciar sus objetivos?

Nosotros entregamos información a los socios de las condiciones políticas y económicas tanto de Chile como de Perú. Hacemos webinar en donde abordamos temas técnicos, cambios legislativos, nuevas tecnologías. Junto con a esta entrega regular de información queremos generar más espíritu de cuerpo y la colaboración, también con nuestros aliados estratégicos que son PROMPERU, ProChile, La Cámara Peruano Chilena de Comercio, la embajada del Perú en Chile, la embajada chilena en Perú, de manera que nos podamos complementar y apoyar. También profundizar en el tema colaborativo.

Creo que por lo mismo el rol de los gremios es muy importante, porque en estos momentos estar solos es un riesgo muy grande. Uno tiene que buscar acompañarse, compartir las cargas, aprender del otro. Entonces, como gremio, queremos estar a la altura de ese desafío y poder acompañar a nuestros socios, hacerles más fácil sus actividades, disminuyendo los riesgos y maximizando las posibilidades de sus beneficios.

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