Oriunda de la Ciudad Jardín, la profesional, que además le encanta viajar, ver fútbol y ver series, hace 13 años que trabaja en minería.
Karla tiene 31 años y actualmente se desempeña en minera Centinela. Vive en la ciudad de Calama, pero es oriunda de Viña del Mar. Su cargo es Ingeniero Programación y Control de la Superintendencia Mina Infraestructura, Muelle de la Gerencia de Proyectos.
¿En qué consiste su cargo?
Realizar el control de costo y gestión de todos los proyectos de la Superintendencia, ya sean estos Capex u Opex.
¿A qué edad ingresó al mundo de la minería?
Cuando tenía 18 años.
¿Cómo ha sido hasta ahora la experiencia?
Al principio fue muy difícil. Partí muy joven y sin experiencia, sin embargo, durante mi trayectoria siempre he podido agradecer a todos los colegas que me han apoyado y colaborado en mi crecimiento profesional. Soy bendecida, he encontrado grandes amigos en este rubro. Actualmente tengo un gran equipo de profesionales en la Superintendencia, considerando que constantemente vamos aprendiendo y creciendo. Minera Centinela ha puesto en mí la confianza, ya que llevo casi 3 años aquí, considerando que parte de ese tiempo fue con una empresa colaboradora (EECC). Con esto puedo decir que siempre el esfuerzo tiene su recompensa.
¿Qué fue lo que más le costó acostumbrase, una vez que ingresó a este rubro?
Hace 13 años la minería era bastante diferente, sobre todo con el género femenino. Recuerdo que en mis inicios era la única mujer en el equipo; el recibimiento no fue del todo correcto entre algunos, pero con el tiempo me di cuenta de que las mujeres somos guerreras y empoderadas, capaces de realizar lo mismo que un hombre y eso también te hace crecer y creer más en uno mismo. Hoy soy feliz trabajando en el rubro. Nos hemos ganado la confianza con los equipos de trabajo.
¿Qué dice su familia por trabajar en la minería?
Para mi familia siempre he sido un orgullo, así como también mi desarrollo profesional y personal. Ellos están presentes en cada toma de decisión, lo conversamos en familia; sin embargo por otro lado, esto lleva consigo el no poder verlos cuando quisiera, a veces se necesita el constante apapacho de mamá.
Hace poco se publicó, por parte de la ONG Women in Chile, un libro con las 100 mujeres más inspiradoras que trabajan en la minería chilena, al respecto, ¿qué le parece el aporte que ustedes están haciendo en la industria?
El género femenino ha avanzado vertiginosamente hacia la consolidación de la idea de igualdad de derecho en todos los ámbitos de su desempeño social. La minería no ha sido una excepción en este campo, gracias al liderazgo de influyentes colegas de profesión y a la cohesión del género femenino, que en su cotidianidad ha ido tejiendo las condiciones bajo las cuales un área de la economía, tradicionalmente dirigida y hegemonizada por el género masculino, fue convirtiéndose en lo que es hoy: una actividad en donde los derechos de las mujeres avanzan cada día hacia una posición de respeto que nos corresponde.
¿Cómo ve la minería de aquí a 20 años?
La veo mucho más sustentable, generando menor daño al medioambiente; donde el porcentaje de mujeres sea igual al de hombres y que ambos géneros tengamos iguales oportunidades de crecimiento profesional. Además, los desafíos estarán condicionados muy probablemente por los derechos de quinta generación y la tecnología, la automatización y la big data.
En este campo el desafío de la minería y de nuestro género no es divergente, así como nuestro esfuerzo ha consistido en consolidar la igualdad de derechos, el futuro de nuestras congéneres estará sin duda alguna vinculado al acceso del conocimiento.
¿Cómo ha influido la incorporación de más mujeres en la minería?
Siempre el toque femenino es bueno en los equipos de trabajo, además de la simpatía, belleza, el buen trato y las habilidades blandas; en general son factores relevantes para los cambios en la cultura y el clima de las organizaciones mineras y las de sus colaboradoras.