Julio Cifuentes, gerente Técnico del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile, que cuenta con una dilatada trayectoria en la minería, se refirió a temas que son necesarios abordar para estar en sintonía con la llamada Minería 4.0.
El profesional tiene un respetable recorrido por el mundo de la minería de más de 50 años. Junto Con ello tres décadas en Codelco.
Cuando hablamos de Minería 4.0, hablamos de una revolución y junto con ello de tecnología. ¿Es suficiente?
Siempre se habla de tecnología, pero qué pasa con la gente, los profesionales y los no profesionales. Me explico: de lo que más se habla es del avance tecnológico. Hay que entender que las empresas mineras directamente aportan muy poco con el desarrollo o invención de tecnologías. Lo que hacen las mineras es hacer uso de ella y en eso están muy avanzadas. Quienes desarrollan las tecnologías son quienes la proveen a las mineras.
Usted mencionó recién las personas que trabajan en el rubro.
La ocupación que tiene la minería en este minuto es poder ir a la par en todo lo que se refiere a los desarrollos tecnológicos, que muchos de ellos vienen de afuera. La pregunta es, ¿iremos a la par con la preparación de nuestros profesionales, con la preparación de los trabajadores y de los operarios? Allí es donde está la mayor preocupación. Como Instituto hemos tratado de disminuir esta brecha entre lo que hace la universidad y lo que hace la empresa, es decir, lo que necesita la empresa para poder operar. Existe una distancia tremenda entre lo que la universidad desarrolla y lo que requiere la empresa. Eso es un problema y se debe mejorar. Los que salen de la universidad tienen una preparación pero no están al tanto con lo último que está dominando la industria. Esa separación se debe tratar de cerrar, y es mayor aún en la mano de obra.
¿Qué pasa con la reconversión?
La capacitación es una de las grandes tareas que tiene la minería para poder reconvertir a su gente, para que puedan atender estos nuevos equipos tecnológicos. Hace mucha falta el operador calificado. Las instituciones de educación como institutos técnicos no cubren las necesidades que se tienen en la minería con los profesionales, tanto en cantidad como también en conocimientos. Y las necesidades van en aumento.
Es diferente con el área de las tecnologías, en esto existe un buen desarrollo y una buena cantidad de profesionales que están en el nivel intermedio venidos de institutos, en ese ámbito estamos muy bien. Son estos profesionales quienes están montado todo lo referido al control a distancia, que debido a la pandemia se ha acelerado más.
¿Y cómo se debiera solucionar ese déficit?
Creo que la academia debiera acercarse un poco más a estas necesidades que está tenido la minería, falta un poco. Como Instituto de Ingenieros de Minas queremos ser un puente en ello. Entiendo que las universidades tienen sus propias exigencias para cumplir con las acreditaciones y se entiende, pero las necesidades de ambos mundos deben conversar más.
EL MEDIOAMBIENTE COMO DESAFÍO
La pandemia aceleró la automatización porque las tecnologías ya estaban. Hoy son mejores en cuento el manejo de datos y la certeza de tener en tiempo real la información. ¿Cómo impacta eso en el rubro?
Si uno lo mira desde el lado de la calidad de vida del trabajador es sensacional, muy diferente a lo que ocurría hace varias décadas atrás. Todo esto va en la mejora de la productividad, es un factor relevante, sobre todo que se está hablando del envejecimiento que están teniendo las minas, la baja de ley para poder mantener un nivel de producción que exige procesar cada vez más. Si no mejoras tu eficiencia y la productividad, los costos se van a disparar. De ahí la gran preocupación que existe.
¿Y junto con ello el medioambiente?
Se vienen desafíos mayores relacionados con el medioambiente. Yo creo que se va a llegar a una minería sin el uso de hidrocarburos. La energía renovable será fantástica en eso. Naturalmente va en aras de que las empresas generen cada vez menos CO2. Eso es tremendamente relevante para el medioambiente.
LA COMUNIDAD NO ACEPTARÁ DAÑOS
¿Hay que considerar todo lo que esté al alcance?
Temas como la economía circular y con ella la preocupación integral del tema ambiental, porque la comunidad ya no va a permitir una minería que vaya en deterioro del medioambiente y de su calidad de vida. Ya no va a ser posible. Es decir, tenemos que mejorar nuestra función laboral en concordancia con el medioambiente. Sin embargo, también se van generando otras inquietudes para la minería, porque junto con la anterior se vienen normativas por parte del Estado sobre, por ejemplo, cómo hacer uso de esos nuevos combustibles, es decir, las nuevas normativas de cómo y qué operar.
¿La minería 4.0 provoca preguntas también en los especialistas?
Otro factor en el que hay que poner el acento, y que lo hemos conversado en el Instituto, es que la automatización hace que el trabajador ya no esté en la faena. Sobre eso surgen inquietudes, como por ejemplo, ¿Se perderá el sentido de equipo y el sentido de empresa? No sabemos, habrá que ver cómo se dará esa dinámica.
SE DESCONOCE LO QUE LA MINERÍA APORTA
¿Lo anterior pude resultar en una desventaja, por ejemplo?
Hay un karma con la industria y es que la minería no es bien vista, pero eso ocurre porque se desconoce lo que ha aportado. Sobre esto ya se está trabajando para mejorar la información hacia la gente, hacia la comunidad. Es una tarea dura lograr que se reconozca todo lo que ha hecho la minería por el país.
¿El rol de la minería seguirá siendo relevante?
El cambio climático se puede abordar sí y solo sí a partir de los metales. Ellos son los que van a salvar al mundo. Esto cuesta que lo entiendan los extremistas verdes que dicen no más minería extractiva. Sin metales no se va a poder contener el cambio climático.
EL ESTADO COMO FACILITADOR PARA AUMENTAR LAS POSIBILIDADES
¿Tenemos minería para rato?
Como país tenemos mineral. Chile es un país muy rico en recursos minerales en el área de lo que nos reserva la naturaleza; falta aún descubrir mucho más. Ahí es donde hay un trabajo tremendamente importante en este minuto, de cómo poder generar que vengan empresas y puedan hacer exploración para encontrar nuevos yacimientos. En mi opinión eso está detenido; hace mucho tiempo que no se ha invertido en ello. Solo se ha hecho en el entorno de los grandes yacimientos, pero hay mucho más por explorar. La tecnología de exploración ha avanzado mucho, y nosotros aún no hacemos uso de ello desde la Sexta Región hacia el sur, salvo por Aysén. El sur es otra geografía muy diferente a la del norte.
¿Hay espacio para la minería polimetálica?
Debemos abordar eso rápidamente y también está el tema de las Tierras Raras que son fundamentales. Ahí es donde debiera producirse ciertos inductores por parte del Estado, para que investigadores, las universidades y el Sernageomin aporten para atraer inversionistas. Porque lo más riesgoso es la exploración debido a la incerteza, si vas a encontrar o no lo que se busca, es por eso que en la exploración se requiere de capitales de riesgo. Es allí donde el Estado tiene que abrir facilidades para que vengan empresas a colocar capital para buscar otros elementos, que sí los hay.
¿Se deben entregar los incentivos para desarrollar la explotación de los relaves? Hay otro punto donde se requiere el apoyo del Estado y dice relación con la cantidad de relaves que tiene el país, y en ellos hay muchos elementos que están dentro de las Tierras Raras. Hay que desarrollar las tecnologías y se pude conseguir con las facilidades que debiera entregar el Estado. De este modo lograríamos explotar el producto y a la vez limpiar el medioambiente de relaves. El Estado debe ocuparse, debe propiciar esto e incentivar. Para eso se necesita que, por ejemplo, Corfo aporte a las universidades para la investigación en materia de relaves. Debe incentivar con políticas para que desencadene el interés privado.