Jorge Cantallopts, director ejecutivo de CESCO.
Gracias a la minería Chile ha tenido un crecimiento óptimo e inimaginado si se realiza una retrospectiva económica de las últimas cuatro décadas, pero, ¿Qué depara el futuro y cómo enfrentarlo?
Jorge Cantallopts, director ejecutivo de CESCO, se refirió al pasado, el presente y el futuro de la industria en el país con una mirada de optimismo y preocupación, en un país que, según su opinión, ha invertido en los últimos 15 o 20 años al menos 70 mil millones de dólares para producir lo mismo, e incluso producir mucho menos.
La industria mundial cambia a pasos agigantados motivada principalmente por la demanda de metales para el desarrollo de tecnologías, un rubro donde Chile juega un rol fundamental como el principal exportador de Cobre del mundo, buscando para el futuro cumplir las metas que se han propuesto para un crecimiento sostenible.
Cantallopts, en su intervención en el Seminario Desafíos de la Minería al 2030, fue un poco más allá y se aventuró al año 2050, pues en su experiencia como asesor en la Política Nacional Minera 2050, son bastante grandes los desafíos que tendrá que enfrentar el país para lograr sus metas, algunas que se han situado lejanas y donde no tiene ventaja, al contrario, va con retraso: “Según lo que se planteó, al 2030 el país debería producir 7,4 millones de toneladas de cobre, en un momento donde hace falta un plan de acción, donde hace falta mantener la participación de mercado. Incluso se ha planteado la producción de 8.92 millones de toneladas para el año 2050. Es algo muy difícil de ejecutar, implementar y salir adelante, tan solo este año hemos bajado la producción en 333 mil toneladas”, aseveró.
El experto manifestó su preocupación respecto a las opciones disponibles para diversificar el sector económico: “En el caso de los antimineros que proponen diversificar la economía en sectores como el turismo, ya nuestros centros de turismo están colapsados, no pueden crecer mucho más, porque pueden generarse problemas ambientales. En el caso de la Isla de Pascua ya se ha restringido a un cierto número de vuelos, y en las Torres del Paine se está planificando recibir cada vez menos turistas, el resto de lugares son de turismo interno que no tienen mucho más hacia donde crecer”.
¿Desafíos y oportunidades?
Para Cantallopts existen otras oportunidades además del cobre, pero de cierta manera complementarias, pues es el metal rojo el que sigue siendo punta de lanza de la economía minera del país y que requiere una concertación de las partes involucradas, tanto estatales como privadas para mantener y aumentar la participación de mercado, así como llegar a unas metas reales y realizables de cara al año 2050.
El director ejecutivo de CESCO también se refirió al litio y las tierras raras como opciones, pero reafirmó el valor del cobre por la experiencia que tiene el país y las oportunidades que brinda desde todo punto de vista.
“Para nuestras metas vamos atrasados, ya hay 150 mil toneladas que no van a llegar por pérdida de producción y proyectos atrasados. No hay como tener al 2030 una producción de 7,4 millones de toneladas (…) Si los proyectos llegan en tiempo y forma podremos llegar a 6,7 millones de toneladas, una cifra que no está mal, es ambiciosa pero difícil de lograr”, acotó.
Principalmente el experto se refirió a problemas por resolver en los próximos años que van desde el prejuicio y el rechazo de las comunidades, como la investigación y desarrollo, la obtención del valor agregado a la producción existente, el encadenamiento productivo y la eficiencia del Estado.
“Un Estado que apoye a la industria minera con transparencia, eficiencia económica y ambiental demuestra la convicción para crecer en armonía en el futuro”, cerró.